El pasado 22 de septiembre el electorado suizo rechazó por amplia mayoría la reforma del seguro de previsión profesional (BVG-LPP). El 67% de los votantes se pronunció en contra de la reforma y evitó así el robo de las pensiones.
Un resultado tan claro fue una gran sorpresa tanto para los opositores como para los partidarios.Tras cuatro años de debates en el Parlamento, se formó una amplia coalición de centroderecha a favor de la reforma. Además, la mayoría de las asociaciones empresariales también apoyaban la reforma. Y, sin embargo, al final ha habido un claro «no» de la población, la cual ha castigado la política social de los partidos burgueses y sus lobistas en los bancos y las compañías de seguros.
Con una participación del 45,04%, todos los cantones votaron en contra de la reforma. Este resultado demuestra que el sistema de pensiones en Suiza necesita un cambio, pero en una dirección completamente distinta. Se necesita más solidaridad y justicia social. Las Cajas de pensiones tienen dinero suficiente para pagar las pensiones sin reducir sus prestaciones. Hace falta un mecanismo de control independiente que represente los intereses de las personas aseguradas, sobre todo en la cuestión de los costes. Las aseguradoras privadas y los bancos ganan mucho dinero con las Cajas de pensiones. El principal problema es que el nivel de las pensiones es demasiado bajo y la desigualdad existente en el segundo pilar perjudica, especialmente, a las mujeres. El Unia está a favor de una solución solidaria basada en el modelo de bonificaciones por educación y cuidados del seguro de AHV-AVS. En este caso se tienen en cuenta las tareas de cuidados no remuneradas. Además, debe abordarse urgentemente el acceso al seguro de previsión profesional (BVG-LPP) de las personas que trabajan a tiempo parcial.
El mismo día se rechazó por amplia mayoría la iniciativa popular «Por el futuro de nuestra naturaleza y nuestro paisaje», conocida como la Iniciativa para la Biodiversidad.