El termómetro alcanza estos días los 33 grados y más en varias regiones. Para los trabajadores de la construcción, que realizan un trabajo duro bajo…
Aunque la economía suiza prospera en muchos sectores, los salarios siguen siendo bajos. Los sindicatos exigen, con razón, aumentos salariales de entre el 2 y el 2,5 % – no como un gesto de buena voluntad, sino como una justa compensación por el aumento de la productividad. Porque, mientras las primas del seguro médico, los alimentos y los alquileres suben, muchos trabajadores y trabajadoras ganan menos de 5000 francos – incluso aquellos y aquellas que han cursado estudios de formación profesional. Esto afecta especialmente a los sectores con bajos salarios en los que trabajan mayoritariamente mujeres y personas migrantes. Son estas personas quienes mantienen en funcionamiento nuestros hospitales, cuidan a nuestros hijos, construyen las infraestructuras y se encargan de su limpieza. Estas personas merecen respeto por el trabajo que realizan, así como una participación justa en la productividad de las empresas. Los salarios deben aumentar.
La vieja y polvorienta idea de la desregulación no ayuda a la industria. Los Estados Unidos de Donald Trump han impuesto aranceles elevadísimos a los productos suizos – un golpe duro para la economía, especialmente para los sectores más orientados a la exportación, como la industria de la maquinaria, la relojería y la industria alimentaria. En lugar de entrar en pánico y exigir desregulación, ahora se necesitan soluciones inteligentes y solidarias: trabajo a jornada reducida, apoyo específico a la industria mediante contrataciones públicas y una política económica activa. El Unia rechaza rotundamente los intentos de desregulación a costa del personal asalariado, porque esto no solo pone en riesgo empleos, sino que lleva a que sean las y los trabajadores quienes carguen, en primera línea, con las consecuencias.
Por si todo esto no fuera suficiente, el partido SVP-UDC hace todo lo posible por culpar a las personas migrantes del aumento de los costes médicos, lanzando afirmaciones que desde hace tiempo se sabe que son falsas. El Instituto Federal de Estadística calculó que las personas de nacionalidad extranjera le cuestan al sistema de salud unos 1000 francos menos que los suizos y suizas. Esto se debe a que la población extranjera es más joven y, aunque, al igual que el resto de la población, paga las primas del seguro médico, recurre menos a los servicios de salud. Pero al SVP-UDC nunca le han interesado los hechos. Sus narrativas, repetidas hasta la extenuación, no solo son falsas, sino también peligrosas porque desvían la atención de los verdaderos problemas y crean divisiones en la sociedad.
Debemos abordar muchas de estas cuestiones con atención, actuar de forma proactiva y mantenernos firmes en nuestras posiciones – por salarios justos, políticas económicas inteligentes y una convivencia basada en hechos y no en discursos incendiarios.
Desde la redacción de Horizonte les deseamos a todas y todos un otoño combativo.
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