Entrevista

Los trabajadores de la construcción exigen respeto por su duro trabajo

- Emine Sariaslan

Los trabajadores de la construcción luchan por mejores condiciones laborales, quieren un CMN mejor. Ha habido huelgas y protestas en varios cantones:en el Tesino, en Berna, en Lausana, en Ginebra, en Lucerna, en Neuchâtel, en Basilea y en Zúrich. Hemos hablado con Nico Lutz, responsable del sector de la construcción en el sindicato Unia, sobre la situación actual.

 

¿Por qué se ha llegado a la huelga? ¿Cuáles son los objetivos?

El Convenio Marco Nacional (CMN) para el sector principal de la construcción expira a finales de 2025. Sin convenio no hay salario mínimo, ni paga extra, ni tampoco un seguro obligatorio de paga diaria en caso de enfermedad. Por eso, para los trabajadores de la construcción hay mucho en juego. Los trabajadores de la construcción quieren un convenio colectivo, pero uno mejor. Hoy en día, las jornadas laborales excesivamente largas son un problema, sobre todo en verano. Los trabajadores de la construcción trabajan hasta 9 horas diarias en las obras bajo un calor extremo. A menudo, se suman horas extras no previstas. A esto hay que añadir el tiempo de desplazamiento desde el almacén de la empresa constructora hasta la obra, que en algunos casos ni siquiera se paga. Esto significa que los trabajadores de la construcción suelen salir de casa cuando sus hijos aún duermen y regresan por la noche agotados, cuando los niños ya están en la cama. No es de extrañar que al sector le resulte cada vez más difícil motivar a las personas jóvenes para que se dediquen a esta bonita profesión. Por eso, los trabajadores de la construcción fijaron el año pasado, de cara a la renovación del Convenio Marco Nacional (CMN) de la construcción, una serie de reivindicaciones: jornadas laborales más cortas, descansos remunerados, el fin del tiempo de desplazamiento no remunerado y un aumento salarial justo, ya que la vida es cada vez más cara. 

¿Cómo es la participación en la huelga en las diferentes regiones?

Los trabajadores de la construcción están acostumbrados a luchar por sus derechos y su dignidad. Las jornadas de protesta en el Tesino, Berna, Basilea y Zúrich, así como en los cantones de la Suiza francesa, han sido muy impresionantes. Los sindicatos siempre han tenido un mayor grado de organización en la Suiza latina —en el Tesino y en la Suiza romanda— y, por lo tanto, han podido movilizar mejor a los trabajadores. En el Tesino participaron 2500 trabajadores de la construcción, en toda la Romandía 7000. En Berna y el noroeste de Suiza fueron unos 1000 en cada caso, y en Zúrich cerca 2500 trabajadores de la construcción inundaron la ciudad el pasado 14 de noviembre para manifestarse delante de la sede de la Sociedad Suiza de Empresarios-Constructores. Es menos, pero mejor que hace tres años. 

¿Cómo ha reaccionado la Sociedad de Empresarios Constructores (SBV/SSE/SSIC) ante esto?

La Sociedad Suiza de Empresarios Constructores (SBV/SSE/SSIC) estuvo negándose a negociar hasta el pasado verano. Normalmente, empezamos en febrero o marzo con las negociaciones, por lo que, debido a la SBV/SSE/SSIC, ya hemos empezado con retraso. En lugar de negociar, la patronal presentó en agosto su propio convenio, más «moderno». «Moderno» significaba: jornadas laborales aún más largas por menos salario. El sábado como día laboral normal sin suplemento, reducción de la protección contra el despido para los trabajadores de la construcción de más edad y en caso de enfermedad o accidente, salarios más bajos para las y los aprendices que terminan su formación. La Sociedad Suiza de Empresarios Constructores (SBV/SSE/SSIC) quería eliminar de un plumazo todas las mejoras que habíamos acordado en duras negociaciones. Les dijimos: «Ni hablar, olvídense de eso». Y propusimos, una y otra vez, acelerar las negociaciones. Queríamos un resultado en septiembre. También anunciamos de forma transparente que los trabajadores de la construcción dejarían de trabajar a partir de mediados de octubre. A pesar de ello, la patronal se ha indignado cuando los trabajadores de la construcción han cumplido su amenaza y, como ya habían anunciado, han paralizado las obras.

¿Alcanzaréis vuestros objetivos?

Eso está por ver. Las negociaciones continúan. Eso ya es bueno. Porque tanto los trabajadores de la construcción como las empresas están interesados en un Convenio Marco Nacional. Sin un convenio colectivo hay dumping salarial para los trabajadores de la construcción y las empresas correctas tienen problemas, porque las empresas que practican dumping salarial pueden ofrecer precios más bajos. Todo el sector se iría al garete. Sin embargo, las posiciones en las negociaciones siguen muy alejadas. No me atrevo a pronosticar si este año se llegará a un acuerdo o si tendremos que planificar otra ola de huelgas para el 2026. Queremos una solución. Pero no depende solo de nosotros.