Según una encuesta realizada recientemente por el Unia, las y los aprendices de Suiza sufren unas condiciones de trabajo preocupantes, caracterizadas por altos niveles de estrés y agotamiento en general. Casi un tercio de estos jóvenes se enfrentan a discriminaciones como el racismo, el acoso laboral o mobbing, o bien, el acoso sexual, lo cual afecta directamente a su salud mental. Estos resultados ponen de relieve que se necesita que se adopten medidas de manera inmediata.
La encuesta realizada por el Unia entre las y los aprendices reveló que el 92% de las y los jóvenes encuestados sufren estrés en el trabajo. Además, dos tercios se sienten a menudo, o incluso de manera constante, y también fuera del trabajo, agotados. Esta situación se ve agravada, a menudo, por interminables jornadas laborales y por frecuentes situaciones de discriminación. Como explicó Félicia Fasel, secretaria de la Juventud del Unia, esta discriminación tiene consecuencias graves y duraderas: «Si tenemos en cuenta que los problemas psicológicos en la juventud afectan al resto de la vida, se entiende que combatir la discriminación es una cuestión de salud general».
Ante esta alarmante situación, el Unia propone una serie de medidas para proteger la salud física y mental de las y los aprendices. Estas medidas incluyen, entre otros, una reducción de la jornada laboral con un aumento, al mismo tiempo, del número de días libres, así como, aumentos salariales y, de cara a garantizar los derechos de las y los aprendices, un incremento de las inspecciones laborales en los correspondientes centros de trabajo. «Estas reformas son decisivas para crear unas condiciones de trabajo dignas y garantizar que las y los aprendices sean reconocidos como un pilar importante de la economía suiza», concluye Félicia Fasel.
El sindicato Unia advierte que, sin estas mejoras, el sistema de aprendizaje en Suiza corre el riesgo de perder atractividad, lo cual podría repercutir en todo el mercado laboral. El aprendizaje bajo condiciones sanas, correctas y marcadas por el respeto y un trato digno no solo es esencial para las y los jóvenes, sino también para asegurar el relevo generacional y, por tanto, la futura economía del país. El llamamiento a la toma de medidas no es solo una cuestión de derecho, sino también una obligación ineludible de cara a proteger la salud y el bienestar de toda una generación de futuros trabajadores y trabajadoras.