Con la nueva ley, la naturalización en Suiza se ha vuelto más selectiva y restrictiva. Ésta es una de las principales conclusiones del informe «Ordentlich einbürgern in der Schweiz» (Naturalización ordinaria
en Suiza), encargado por la Comisión Federal de Migración (CFM). En una entrevista con Horizonte, la Dra. Barbara von Rütte, abogada y coautora del informe, ha profundizado en las implicaciones de esta reforma.
La naturalización en Suiza se ha vuelto más selectiva y restrictiva con la nueva ley. Las nuevas restricciones superan con creces las pocas facilidades introducidas. Más restrictiva, sobre todo, porque se exige un permiso de residencia de establecimiento (permiso C) como requisito previo, y porque no todos los tipos de permiso se tienen en cuenta a la hora de contabilizar el tiempo de residencia. Más selectiva, porque no todo el mundo tiene las mismas oportunidades para obtener un permiso C. Además, la situación socioeconómica desempeña un papel fundamental.
Las personas naturalizadas tienen una formación académica superior y una mejor situación económica que el resto de la población suiza. Además, se observa una predominancia de migrantes procedentes de la Unión Europea, mientras que otros grupos de migrantes se ven frecuentemente prácticamente excluidos del proceso de naturalización.
Este cambio altera el perfil socioeconómico de Suiza. Con dos tercios de personas naturalizadas con estudios superiores, mientras que en la población suiza este porcentaje no llega ni a un tercio, se crea un desequilibrio en términos de influencia política. Las personas con un alto nivel académico y económico tendrán una influencia desproporcionada en la política suiza. Esto podría socavar la legitimidad de las decisiones democráticas y permitir que un pequeño grupo privilegiado tome decisiones en nombre de toda la población.
La Iniciativa por la Democracia cambiaría radicalmente el sistema de naturalización. Establecería el derecho a la naturalización tras cinco años de residencia en Suiza, junto con el cumplimiento de otros criterios mínimos. La iniciativa ayudaría a evitar las arbitrariedades del sistema actual. Con ello, se garantizaría una mayor igualdad en el acceso a la naturalización.
En comparación con otros países de Europa Occidental, Suiza ocupa una posición restrictiva. Entre los países con los que habitualmente nos comparamos, podemos apreciar cambios significativos. Francia tiene el «ius soli», lo que significa que cualquier persona nacida allí obtiene un pasaporte francés. Alemania también lo ha introducido. Además, el año pasado se aprobó allí una reforma que acerca el sistema de naturalización a lo propuesto por la Iniciativa por la Democracia.
La naturalización debe ser una decisión individual. Estoy en contra de la naturalización automática. Si una persona quiere quedarse en un país, debe haber una opción realista para acceder a la naturalización.
El informe de la CFM está disponible en alemán, francés, italiano