El sistema social tiene por objeto apoyar a las personas afectadas por la pobreza y garantizarles una vida digna. En Suiza, sin embargo, alrededor de una cuarta parte de personas que tendrían derecho a ayuda social no la reciben. Horizonte habló con el profesor Oliver Hümbelin, de la Escuela Superior Especializada de Berna, sobre las razones y consecuencias de esta situación.
¿Por qué no solicitan las prestaciones a las que tienen derecho?
Hay varias razones. Para las personas migrantes el idioma y la falta de conocimientos del sistema de seguridad social son un obstáculo. La información está disponible principalmente en la lengua nacional y muchos formularios son complicados, incluso si se habla la lengua nacional. A menudo, las personas afectadas afirman también que les da vergüenza, o bien, tienen miedo a perder su independencia. A muchas personas no les resulta fácil reclamar prestaciones estatales.
Además, la situación legal también influye: por ejemplo, existe la obligación de reembolso bajo determinadas circunstancias. En el caso de las personas migrantes hay que añadir el temor a que ello tenga consecuencias negativas sobre el estatuto de residencia. La Ley de Extranjería e Integración (AIG-LEI) ha desencadenado una gran incertidumbre. Incluso el mero hecho de saber que puede tener consecuencias es un factor disuasorio.
Inwiefern spielt die mediale Kritik von Menschen, die Sozialhilfe beziehen, eine Rolle?
Wenn man mit Betroffenen redet, merkt man, dass die medial vermittelten Bilder und der Diskurs der Medien schon in den Köpfen sind. Wie Armut in den Medien thematisiert wird, wie Betroffene oder ganze Bevölkerungsgruppen im öffentlichen Diskurs erwähnt werden, hat eine Wirkung. Dies ist auch von gewissen Gruppen politisch so gewollt.
¿Cómo sobreviven las personas afectadas que renuncian a solicitar ayuda social?
Algunas buscan ayuda en organizaciones benéficas, o bien, piden ayuda a familiares o conocidos. Esto puede ser problemático porque algunas se endeudan con particulares. Muchas se adaptan a vivir con muy poco. No van al médico o al dentista y se apartan de la vida social. Como resultado, estas personas se aíslan. De esta manera la situación de pobreza puede volverse crónica: la salud empeora cada vez más, se acumulan problemas que, quizás, si se hubiese buscado asesoramiento a tiempo, se hubiesen podido evitar.
¿Qué consecuencias sociales puede tener la renuncia a la ayuda social?
En primer lugar, debilita la cohesión social. Y, además, puede convertirse en un problema para la sociedad. Si, por ejemplo, no se va al médico a tiempo, puede surgir una situación de emergencia. Esto ocasiona costes adicionales que tienen que ser sufragados por el conjunto de la sociedad. Si en el hogar viven niños, también existe el riesgo de que no reciban el apoyo necesario y hereden la situación de pobreza. Las personas afectadas deben recibir asesoramiento lo antes posible para encontrar una salida a la situación de emergencia. Pero algunas de las personas afectadas buscan ayuda cuando la situación ya ha empeorado demasiado. Por lo tanto, sería importante acudir antes a los servicios sociales y, al menos, informarse sobre las posibilidades de ayuda disponibles.